Buenos días, Hermanos de la casa de la Madre y Guía.
Ayer os proponía volver a las raíces del Sacramento de la Penitencia, recordar vuestra Primera Confesión.
Todos sabemos que es a través de los Sacramentos como recibimos directamente la Gracia de Dios. Y en concreto, por la Confesión recibimos la Gracia del Perdón, tan necesaria cuando la seducción del maligno y la tentación nos llevan a aceptar el pecado y caer en él.
Por qué, entonces, ante tanto beneficio, nos cuesta tanto ir a confesar nuestros pecados?
Piénsalo, y no tardes tanto en frecuentar la CONFESIÓN.
El Señor Jesucristo le dijo a Santa Faustina que "el confesionario era el Tribunal de su MISERICORDIA".
Y San Juan Pablo II nos dijo, nos gritó bastantes veces: "No tengáis miedo, abrid las puertas (de vuestro corazón) a Jesucristo".
Feliz día, en la compañía de la Virgen María.