Buenos días, Hermanos de la Casa de la Madre y Guía.
La ESPERANZA, virtud teologal, nos está mostrando en todo momento el horizonte al que estamos llamados a llegar.
Al mismo tiempo, nos impulsa a trabajar ilusionadamente para hacer el camino lo mejor posible.
Por qué, entonces, no sabemos vivir con el dinamismo de la ESPERANZA, quedándonos, tantas veces, 'enredados' en las dificultades presentes?