Reflexión 13 de Enero

Buenos días.
Leyendo a Carlo Acutis, el joven italiano de quince años, que murió en 2006 de leucemia y fue beatificado en 2020, me encontré con este pensamiento suyo: “La vida es un regalo porque mientras estemos en este planeta, podemos incrementar nuestro nivel de caridad. Cuanto más alto sea, más disfrutaremos de la Eterna Bienaventuranza de Dios”.
Me resultó muy llamativa la definición que él hace de la relación entre los propios comportamientos en el peregrinar por este mundo, con la participación de la Gloria de Dios en el Cielo.
Dice que mientras vivimos ‘podemos incrementar nuestro nivel de caridad’, esto es de Amor de Dios en todo cuanto sintamos, digamos o hagamos, porque ‘cuanto más alto sea, más disfrutaremos de la Eterna Bienaventuranza de Dios’. Aquí viene a la memoria aquello que Cristo dice a los apóstoles en la Última Cena: “En la casa de mi Padre hay muchas moradas” (Jn 14,2).
Claro que es de desear ardientemente llegar al Cielo concluida la jornada terrenal, pero también es plausible no solo aspirar al Cielo sino participar en él en la mayor y mejor forma posible de la Gloria de Dios, por el ‘mayor nivel de caridad’ que se pueda alcanzar a vivir durante las diferentes etapas de nuestra vida.
Siempre estamos en condiciones de hacer el camino de Caridad que el Señor Jesús nos enseña y apremia: “Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos” (Mt 4,17).
Acogidos al Sagrado Corazón de Jesús en este día viernes, te pido que reces por las intenciones y necesidades de todos los hermanos que aquí volvemos a encontrarnos en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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