Hoy celebramos la Anunciación del Señor, comienzo de nuestra
salvación y principio de esperanza en la vida plena. Fiesta Solemne en nuestra
Iglesia Católica, para
conmemorar el Si
de María a Dios.

Dios se
fijó en ella, estaba con ella más que ella con Dios. Dios se abaja hasta
hacerse hombre y pasar por uno más: someterse, obedecer y morir, y no morir de
cualquier forma
, morir en la CRUZ.

¿Qué significa este Si?
María,
se sorprende de la visita del
Ángel Gabriel, no espera a nadie, muestra su sencillez, no está preparada para
recibir a nadie. Ante la sorpresa del saludo, el ángel la tranquiliza y explica
las pretensiones de Dios Padre.
Ella escucha sin perder detalle, y reflexionando se da cuenta
de
que algo no encaja en todo aquello, e interpela preguntando cómo
será aquello,
pues “no conocía a varón”. El ángel le sigue explicando y María acepta con gran confianza y
abandono en Dios. Se entrega
sin reservas, de forma incondicional y para siempre, "Hágase según tu palabra".


Dios hace
las cosas, esperando siempre nuestra respuesta a sus propuestas; poniéndonos en
situaciones muy delicadas, incluso extremas, pero esperando nuestra respuesta,
que es la decisión propia y en libertad de secundar o no su santa Voluntad.
María
ya estaba desposada con José, ¿por qué no esperar un tiempo para que todo fuera
más natural? No, nos pone en el dilema de elegir y dar respuesta. Pero María dijo SI, tal vez con esa pequeña
inconsciencia que tenemos las personas ante las grandes decisiones de nuestra
vida, sin saber, ó sí, lo que se le venía encima, pero confiando
absolutamente en Dios, en su Providencia, y sabiéndose amada por Él.
El sí
de María condicionó
todas nuestras vidas, y nos dio la VIDA.

¿Cómo
no querer a la que es Madre de Dios y Madre de todos nosotros?
¿Cómo
no querer a la “Bendita entre
las mujeres”?

Un SI para siempre a Dios, también
nuestro, a imitación del suyo.