Reflexión 7 de Marzo

Buenos días.
“Nunca es largo el camino que conduce a la casa de un amigo”, escribió Junio Juvenal, poeta romano entre los siglos I y II.
Es muy luminoso este pensamiento precisamente en esta jornada cuaresmal, en la que hemos de mantener al menos la austeridad de vida: con la oración, la penitencia, la escucha de la Palabra de Dios y la limosna.
Nuestro camino en estos momentos nos va llevando al encuentro con el Resucitado en la celebración del Triduo Pascual, pero más allá nos ha de conducir a la plenitud de la vida, cuando la Providencia Divina nos llame a vivir el momento supremo del tránsito de esta vida a la otra.
No debe darnos ni miedo ni congoja, hemos de trabajar, con la gracia de Dios, para ver, con la máxima naturalidad, lo que será la propia muerte. Lo sabemos, no somos de este mundo, caminamos peregrinos y lo hacemos contentos de contribuir aquí con lo mejor que tenemos a construir un mundo mejor, y poder dejarlo no solo en la paz sino también en el orgullo de haber trabajado por el Reino de Dios: Reino de Paz, de Justicia y de Amor.
Como con todas las cosas hemos de llenarnos de ilusión por andar este camino de encuentro con el mejor amigo que es Jesús de Nazaret, no escatimando esfuerzo de aprovechar cualquier momento en el que deba actuar el espíritu de sacrificio, de donación y de entrega.
En este sentimiento te pido ahora que reces a María, nuestra Madre y nuestra Guía, en favor de las intenciones y necesidades de los Hermanos que aquí nos encontramos en Ella. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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