Reflexión 11 de Marzo

Buenos días.
Llegados a un nuevo sábado de Cuaresma y poniéndonos ante la Santísima Virgen, bien podemos dedicar unos minutos a reflexionar en su actitud, postura y talante en aquellos momentos supremos de la Vida Pública de su Hijo Jesús, cuando se acercaba lo que fue la Pasión y Muerte.
Lógicamente, la Virgen, como buena Madre, pero también con toda la valía e intuición de mujer, iba viendo cómo su Hijo era rechazado e incluso las reacciones que iban teniendo los apóstoles, que se terminaron constatando ya durante la noche del jueves, el viernes y el sábado santo.
María Santísima se la encuentra en todo momento serena, con un gran sufrimiento que alcanza niveles máximos en la Vía Dolorosa y en el monte Calvario, pero que en todo momento sostiene a los apóstoles y discípulos para que no se desesperancen, incluso a su Hijo Jesús cuando se encuentran en el episodio que describe la Cuarta Estación del Vía Crucis, Ella con la mirada le consuela y le alienta para que fortalecido pueda continuar a culminar la obra que el Padre le confió.
María, fiel a su ‘FIAT’, colabora con su Hijo en la Redención y Salvación de todos los hombres. Y así continua buscando a sus hijos pecadores para que vuelvan a la Casa del Padre, para lo que confía en tu oración y penitencia con esta intención. No le fallemos.
A Ella te pido que la reces hoy por todas las intenciones y necesidades de los Hermanos aquí reunidos. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
www.materchristi.es