Reflexión 12 de Marzo

Buenos días en el Día del Señor.
Hoy el relato del Evangelio en la Santa Misa es el encuentro de Jesús con la Samaritana, en el que se suscita un diálogo que cuanto más se lea más riqueza se encuentra en él.
Jesús le pide de beber y la samaritana le dice: “¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?” (porque los judíos no se tratan con los samaritanos). Jesús le contestó: “Si conocieras el don de Dios y quién es el que te dice dame de beber, le pedirías tú, y él te daría agua viva”.
La contestación de Jesús es concluyente para la Samaritana, pero lo es también hoy para nosotros: ‘Si conocieras el don de Dios…’. aquí puede estar la clave de tanto despiste con el que se mueve la sociedad: no conocer al Señor Jesús, el mayor Don que Dios le ha dado a los hombres de todos los tiempos.
La Samaritana reacciona y lo hace con humildad al captar rápidamente que está ante el Mesías, además de que el propio Jesús se lo confirma. Y así creerá ella y muchos de aquel pueblo llamado Sicar que “decían a la mujer: Ya no creemos por lo que tú dices; nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que él es de verdad el Salvador del mundo.
Otro punto que es digno de resaltarse es cuando Jesús le dice: “Pero se acerca la hora, ya está aquí, en que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y verdad, porque el Padre desea que lo adoren así. Dios es espíritu, y los que lo adoran deben hacerlo en espíritu y verdad”.
Reflexionemos lo que es ‘Adorar al Padre en espíritu y en verdad’, y vivámoslo ya en adelante para siempre, pues en su presencia eterna del Cielo así le adoraremos en la perfecta Caridad, que es su Amor Eterno.
Y al Señor Jesús Resucitado te pido le reces en favor de las necesidades de los Hermanos, que aquí nos encontramos nuevamente en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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