Reflexión 5 de Febrero

Buenos días
Todos sabemos lo que es un CONSEJO.
Podemos decir que es una opinión que se da, para poder orientar, por un buen camino, una actuación determinada.
El CONSEJO es y debe ser un buen servicio al prójimo cuando te lo piden, pero para actuar al AGRADO DE DIOS has de ACONSEJAR con RECTITUD y con VERDAD, porque sino lo hicieras así, el CONSEJO puede resultar un ENGAÑO, que ya es en sí mismo un PECADO.
Cuando no se CONOCE sobre lo que te piden CONSEJO, mejor es RECONOCER con sencillez no tener conocimientos suficientes para dar un BUEN CONSEJO.
También es muy importante buscar CONSEJO cuando se necesita, bien por estar en una situación dudosa, o porque se ignora sobre aquello que se debe tomar una decisión.
Las personas, no pocas veces, se muestran un tanto frívolas a la hora de OPINAR y hasta de ACONSEJAR, en situaciones ajenas que pueden ser o resultar complejas, incluso con resultados peligrosos.
Bien está, por todo lo dicho, REFLEXIONAR sobre este importante tema del CONSEJO, tanto a la hora de pedirlo, como en los momentos que se tenga que dar, porque te lo pidan.
La vida es algo demasiado serio como para malograrla con CONSEJOS fallidos, bien sean dados, bien sean recibidos.
¿Cómo actúo yo a la hora de ACONSEJAR?
¿Con rectitud, con verdad...?
Cuando lo necesito, ¿busco el CONSEJO de quien me lo puede dar con rectitud y con verdad?
Ahora, por favor, no demores el rezar por las necesidades de los Hermanos de la Casa de la Madre y Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón 
MATER CHRISTI