Reflexión 18 de Agosto

Buenos días.
Mientras avanzamos en este caluroso mes de agosto no podemos obviar lo que llegará con el nuevo curso.
Es posible que algunas personas vean ese futuro inmediato con cierto pesimismo o desazón, un horizonte oscuro e incierto, pero será bueno pensar con este pensamiento: “No existe oscuridad en la Tierra que pueda apagar la luz de una vela: una vela de amor y esperanza”.
A veces, las situaciones son tan adversas, las cosas se ven tan negativas, que el pesimismo puede tomar fuerza, pero cuando realmente ‘la luz de una vela: una vela de amor y de esperanza’ nada ni nadie la puede apagar, todo se ha de convertir en la seguridad que da la fe y la confianza de que se ha de continuar con el horizonte abierto del Amor de Dios.
Bueno será que al ir viviendo estos días de la segunda quincena de agosto, se haga con una reflexión activa de la necesidad que tiene el entorno personal y la sociedad en general, de la propia contribución que, desde los valores del Evangelio, se pueda hacer, así como desde el camino de conversión personal, que aún parece que se presenta como una necesidad bastante generalizada.
Aunque sea pleno verano, el viernes es día penitencial, que cada uno debe observar y administrar convenientemente; siempre habrá alguna renuncia a…, que se pueda hacer, alguna limosna que se pueda dar o algún otro acto de Caridad que se pueda hacer en favor de alguien cercano o menos cercano que lo necesite.
Al Sagrado Corazón de Jesús, que aún sangra por esta humanidad que sufre en muchos de sus miembros, mientras al tiempo otros viven en el desorden y en el derroche, recémosle hoy para que su Misericordia no abandone a los que más le necesitan. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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