Reflexión 27 de Junio

Buenos días.
Hoy tenemos dos fuentes para nuestra meditación diaria en la búsqueda de seguir el camino recto y seguro hacia la santidad de vida, que al fin nos procurará la mejor forma de vivir aquí, y el seguro encuentro con Dios Padre cuando hagamos el transito correspondiente.
Por una parte tenemos el mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz el 25 de junio de 2023 en Medjugorje: “¡Queridos hijos! El Altísimo me permite estar en medio de vosotros, para orar por vosotros, para ser vuestra Madre y vuestro refugio. Hijos míos, os invito: regresad a Dios y a la oración, y Dios os bendecirá abundantemente. Gracias por haber respondido a mi llamada”.
Encontramos en el mensaje varios puntos: Dios Padre la permite venir a nosotros para orar por nosotros, ser nuestra Madre y nuestro refugio; pero, quizás, la clave más importante sea la que, con el lenguaje delicado de la Virgen Santísima, dice: “os invito”, nada de imposiciones, “regresad a Dios y a la oración”.
Por otra parte tenemos el evangelio de San Mateo que se proclama hoy en la Santa Misa, y que dice: “En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: No deis a los perros lo que es santo, ni echéis vuestras perlas delante de los puercos, no sea que las pisoteen con sus patas, y después, volviéndose, os despedacen. Por tanto, todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos; porque ésta es la Ley y los Profetas. Entrad por la entrada estrecha; porque ancha es la entrada y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que entran por ella; mas ¡qué estrecha la entrada y qué angosto el camino que lleva a la Vida!; y pocos son los que lo encuentran”. (Mt 7,6.12-14).
Quiero señalar el último versículo en consonancia con la invitación de la Virgen de regresar a Dios y a la oración: ‘Entrad por la entrada estrecha; porque ancha es la entrada y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que entran por ella; mas ¡qué estrecha la entrada y qué angosto el camino que lleva a la Vida!; y pocos son los que lo encuentran’.

Hermanos, no nos empeñemos en vivir la vida como nos la presenta el mundo, que, por otra parte, está llena de trampas y de tiranías, las que proporcionan el pecado y el vicio, que se culminan en las mas diferentes 'dependencias'.
Leamos y releamos con serenidad, para orar intensamente a Dios que, con la Luz del Santo Espíritu, inundará de su AMOR el propio corazón .
Ora también, por favor, por todas las necesidades de los Hermanos, que aquí volvemos a encontrarnos en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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