Reflexión 13 de Junio

Buenos días.
San Antonio de Padua es uno de los santos más populares del pueblo católico.
Fraile Franciscano portugués, que desarrolló gran parte de su Ministerio en Padua (Italia), donde murió en 1231.
Su predicación fue proverbial y su capacidad de intercesión igualmente fue notable por la cantidad de milagros que hiciera en vida. Y sigue siéndolo después de su muerte.
Os traigo un pensamiento suyo que es digno de meditar y asimilar en la mayor medida posible: “La habitual contemplación de Cristo paciente y despreciado, y el recuerdo de sus sacrificios, hacen insensibles los placeres y gozos de la tierra”.
Para que pueda ser posible la conclusión de la frase se hará necesaria que la contemplación de Cristo paciente…, no solo sea habitual sino en una intensidad tal, que pueda sofocar todos los ataques que ofrece el mundo como gran enemigo del alma que es.
En el combate espiritual ha de tenerse muy en cuenta que, como en toda lucha, se ha de considerar la actividad y la fuerza del enemigo, para poder hacer frente con eficacia y contundencia.
En el caso de los tres enemigos del alma: mundo, demonio y carne, el primero es muy fuerte, con muchos tentáculos y muy peligroso en muy diversos sentidos en los momentos históricos en los que estamos, con grandes y numerosos medios con los que cuenta, para seducir y atacar a las personas desde múltiples frentes.
Dios quiera que sepamos hacer vida las palabras de San Antonio de Padua, acogiéndonos hoy a él para que nos fortalezca en el servicio a Dios y a la Iglesia, trabajando sin descanso por el Reino de Dios y la salvación de las almas.
Y te pido que le reces pidiendo los milagros que necesiten las necesidades de cada Hermano de esta comunidad de Fe, que nos encontramos cada día en torno a María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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