Reflexión 28 de Abril

Buenos días.
Un buen consejo de Quilón de Esparta, filósofo griego del siglo VI antes de Cristo: “Si confieres un beneficio, nunca lo recuerdes; si lo recibes, nunca lo olvides”.
Qué primordial es el equilibrio en el pensar, en el sentir, en el decir y en el comportamiento de las personas, por eso es importante este consejo, porque al fin lo que ofrece es vivir fuera del egoísmo, de la vanidad, de tantos defectos que parece van muy unidos a las personas en la cotidianidad de día a día.
Es verdad que el combate espiritual exige una tensión por tener todo en orden y, diríamos, bajo control, pero tampoco esta tensión debe ser vehemente ni estresante, sino dentro de la armonía que es el devenir del tiempo.
¿Te has fijado alguna vez cómo avanza el tiempo, el reloj en sus minutos y horas? Lo hace con cierta quietud y con una constancia encomiable; pues deberemos aprender a seguir este ritmo sereno que expresa aquel dicho popular: ‘sin prisa pero sin pausa’.
Avanzando en el gozo de la Pascua, miremos hoy al Divino Corazón de Jesús que sigue sufriendo por causa de los pecados de los hombres, que ve cómo las personas siguen los postulados de una vida sin Dios, bajo la capa de unas leyes que desafían la Ley de Dios, la moral cristiana, y que al fin terminan destruyendo a las personas, porque son la imagen y semejanza de Dios.
Aquí marca necesidad la oración de expiación y reparación, que debe ser nuestra constante, pues sino llegará finalmente la corrección divina que luego lamentaremos cuando no haya posibilidad de marcha atrás, pues ya viene habiendo señales más que significativas.
Que esta oración de expiación y reparación sea hoy la que ofrezcas al Señor Jesucristo, por todos los Hermanos que aquí volvemos a encontrarnos en su Santísima Madre. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
www.materchristi.es