Reflexión 2 de Abril

Buenos días en este hermoso Domingo de Ramos.
Hoy, pórtico de la Semana Santa, nos encontramos con la entrada del Señor Jesucristo en Jerusalén, pero también hoy es el aniversario de la muerte de San Juan Pablo II en aquel año 2005, primeras Vísperas del Domingo de la Misericordia.
En primer lugar se suscita la alabanza a Dios por su figura y su trabajo en bien de la Iglesia, que le pedimos la continúe en estos duros momentos que atravesamos, para que ayude al actual Vicario de Cristo, el Papa Francisco, y a la Iglesia en general para que reencuentre su camino.
En Santiago de Compostela en 1982 diría: “Yo, Obispo de Roma y Pastor de la Iglesia universal, desde Santiago, te lanzo, vieja Europa, un grito lleno de amor: Vuelve a encontrarte. Sé tú misma. Descubre tus orígenes. Aviva tus raíces. Revive aquellos valores auténticos que hicieron gloriosa tu historia y benéfica tu presencia en los demás continentes. Reconstruye tu unidad espiritual, en un clima de pleno respeto a las otras religiones y a las genuinas libertades. Da al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. No te enorgullezcas por tus conquistas hasta olvidar sus posibles consecuencias negativas. No te deprimas por la pérdida cuantitativa de tu grandeza en el mundo o por las crisis sociales y culturales que te afectan ahora. Tú puedes ser todavía faro de civilización y estímulo de progreso para el mundo. Los demás continentes te miran y esperan también de ti la misma respuesta que Santiago dio a Cristo: lo puedo". (Santiago 09.11.1982).
A cuarenta y un años de distancia nos encontramos que es de la máxima actualidad para Europa, para la Iglesia y para nosotros: ‘Vuelve a encontrarte. Sé tú misma. Descubre tus orígenes. Aviva tus raíces…’
Ojalá supiéramos tener la humildad suficiente para aceptar esta llamada a nuestros corazones, para llegar a las raíces de nuestra propia Fe en los orígenes del propio Bautismo.
De la mano de San Juan Pablo II entremos en la Semana Santa, y seamos capaces de vivirla intensamente acompañando al Señor Jesucristo en cada uno de los pasos, que durante estos días recorrió hasta la gran noche de la Resurrección, aunque antes hubo de pasar por la tristísima noche de la Pasión.
Recemos hoy con gran confianza al Papa Juan Pablo II, en nuestra oración diaria, pidiéndole que atienda todas las necesidades de los Hermanos que aquí volvemos a encontrarnos en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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