Reflexión 10 de Abril

Buenos días en este Lunes de Pascua.
¡¡¡Cristo ha Resucitado!!!
Este grito nos debe acompañar de por vida, pero de una forma más singular en esta semana de Pascua, durante la cual la Iglesia quiere prolongar en las Celebraciones de la Santa Misa y de la Liturgia de las Horas, igual solemnidad del Día de la Pascua, del domingo de la Resurrección.
En la Pascua de Resurrección se fortalece la ESPERANZA, de forma que avanzamos con más seguridad, si cabe, por los caminos de la Fe, al encuentro personal y comunitario con el Señor Resucitado, en el seno de la Santísima Trinidad.
Esta Esperanza nos ha de iluminar con la Luz del Resucitado, para hacer un camino de buenas obras, un camino de entrega a Dios, a su santísima Voluntad, que se expresará en el servicio a la Iglesia y a la extensión del Reino de Dios, esto es, del Evangelio.
Ahora es el momento de manifestar con la vida los frutos de la conversión realizada durante la Cuaresma, por lo que la realidad de la penitencia, del ayuno, de la oración y de la limosna, se exterioricen en la alegría y el gozo de ver madurada la propia Fe, que anhela el encuentro definitivo con el Señor Resucitado.
Pero habremos de continuar el apoyo a los Hermanos con nuestra Oración, que también hoy te pido la hagas al Señor Resucitado en favor de todas sus necesidades. Unidos, como cada día, en María, nuestra Madre y nuestra Guía, a Ella la felicitamos por el triunfo de su Hijo sobre el pecado y la muerte, al que tan unida estuvo y está, ahora a su derecha, coronada como Reina y Señora de todo lo creado. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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