Reflexión 23 de Abril

Buenos días en el Día del Señor.
La Iglesia nos sigue mostrando a los fieles católicos el gozo y la alegría de la Pascua, y así en este tercer Domingo de Pascua las oraciones de la Santa Misa están llenas de este espíritu.
En la oración colecta se rezará: “Que tu pueblo, Señor, exulte siempre al verse renovado y rejuvenecido en el espíritu, para que todo el que se alegra ahora de haber recobrado la gloria de la adopción filial, ansíe el día de la resurrección con la esperanza cierta de la felicidad eterna. Por nuestro Señor Jesucristo”.
Esta oración nos sirve personalmente para recuperar el espíritu pascual, que por los afanes de la vida se haya podido desdibujar u oscurecer, llevándonos a la ilusión de que se cumpla lo que profesamos en la Fe: ‘ansiar el día de la resurrección (de los muertos) con la esperanza cierta de la felicidad eterna’.
En la oración sobre las ofrendas se vuelve a incidir en el gozo pascual proyectado hacia la vida eterna.
Así dice la oración que se hace en el ofertorio: “Recibe, Señor, las ofrendas de tu Iglesia exultante, y a quien diste motivo de tanto gozo, concédele disfrutar de la alegría eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor”.
La Iglesia se muestra ‘exultante’, y sus fieles no sólo han de participar de este júbilo, sino que lo han de mostrar con la naturalidad de una vida que así lo experimenta.
He aquí una exigencia que habrá que reflexionar, porque no debe haber ni suceder nada que nos lleve a que la alegría de la Noche de la Pascua haya sido sofocada o eclipsada por diferentes circunstancias o problemas de la más diversa índole.
El espíritu de oración y la perseverancia en ella, será el camino de hacer cada día para mantener intactas la frescura y la fuerza de la Resurrección de Jesucristo.
A este Señor Resucitado te pido que le reces con Fe y Esperanza, pidiéndole que ayude en todas sus necesidades a los Hermanos aquí congregados. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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