Reflexión 12 de Abril

Buenos días en el Miércoles de Pascua.
Hoy la Iglesia nos trae el episodio que vivieron los discípulos de Emaús con el Señor Resucitado. Lo relata Lucas 24,13-35.
Una vez más encontramos un hecho común en las personas; estos discípulos no saben reconocer a Jesús Resucitado, que se les acerca mientras ellos caminan hacia su pueblo, pero tampoco, cuando les habla y les da razones explicándoles las Escrituras, ellos, cerrados sobre sí mismos, no entienden y lo único que alegan es: “Nosotros esperábamos que él iba a liberar a Israel, pero, con todo esto, ya estamos en el tercer día desde que esto sucedió”.
Sólo cuando: “Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando, a ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron, pero Él desapareció de su vista”.
Ya el Señor avisó con insistencia de la necesidad de estar en oración y en vigilancia, porque si no será muy fácil perder la presencia del Señor en cualquier momento, en cualquier circunstancia de la vida, o a través de cualquier persona con la que podamos entrar en contacto.
La suficiencia de sí mismo, el orgullo de creer que uno está por encim de todo, ciega fácilmente la mente y el corazón de la persona para oscurecer la sensibilidad necesaria en el momento concreto.
Vuelvo a pedirte hoy que reces al Señor Resucitado, para que colme de sus Gracias y Bendiciones a todos los Hermanos que aquí nos encontramos en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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