Reflexión 5 de Junio

Buenos días
En la Muerte de un Amigo.
Todos a lo largo del Año recibimos la noticia del fallecimiento de alguna persona más conocida o incluso más allegada o hasta un familiar, que nos produce en el corazón fuertes sentimientos de tristeza, dolor, etc.
Ayer me pasó a mí con un buen Amigo, y como en otras ocasiones se presentaron como una batería de reflexiones que quisiera compartir algunas hoy en la Meditación.
Unas relacionadas con el finado, otras a nivel de los que aún seguimos este camino de historia personal.
En cuanto a la persona que hace el tránsito de pasar de la vida terrenal a la eternidad, encuentro respuesta en el libro del Apocalipsis, cap. 14,13: " Oí una voz del cielo, que decía: Escribe: ¡BIENAVENTURADOS los muertos, los que mueren en el Señor! Sí, dice el Espíritu, que DESCANSEN de sus fatigas, porque SUS OBRAS LOS ACOMPAÑAN".
Es cierto que nunca se conoce el detalle del itinerario que sigue el alma de la persona fallecida, pero la Iglesia nos ENSEÑA a ofrecer SUFRAGIOS por los Difuntos, que les ayuden a alcanzar la plenitud del AMOR DE DIOS, la plenitud de VIVIR EN SU PRESENCIA por siempre jamás.
Y nos lo ENSEÑA con el ejemplo, pues la Santa Madre Iglesia, cada día, encuentra dos momentos muy importantes para ofrecer a Dios la Oración intercesora por los Difuntos.
Un momento es en la Oración Oficial de la Iglesia, el Oficio Divino, en la HORA de VÍSPERAS, cuya última petición de las preces siempre será por los Difuntos.
El otro momento, más solemne e importante, es en la Santa Misa, durante la segunda parte del Canon, esto es, después de la Consagración, en el momento de Difuntos.
Además de ofrecer por los Difuntos la Santa Misa, sufragio principal, también se pueden ofrecer otros ejercicios piadosos, como pueden ser oraciones: el Santo Rosario, encender velas portadoras de una oración que se haga, pidiendo que la LUZ DE CRISTO RESUCITADO envuelva el alma por la que se ofrece, y cualquier otro acto de AMOR que impulse a la persona a mantener la COMUNIÓN DE LOS SANTOS con la persona fallecida.
Creo que el mayor acto de CARIDAD que se puede hacer, es AYUDAR a los Hermanos Difuntos para que lleguen al Cielo a la mayor brevedad, con la seguridad de que por la misma COMUNIÓN DE LOS SANTOS, serán nuestros intercesores ante Dios.
Finalizo con aquellas preciosas palabras del Señor Jesucristo a sus apóstoles en la Última Cena: "Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos" (Jn 15,13).
Lo que ya no pueden hacer o merecer los Difuntos por sí mismos, lo PUEDES HACER TÚ por ellos.
Habrá momentos que exijan una acción de CARIDAD por un difunto fallecido del propio entorno, pero, ¡ESCUCHA!, ¿qué trabajo te cuesta introducir en tu vida el rezar cada día al menos un padrenuestro por 'los difuntos más necesitados' que NADIE se acuerda de ellos?
Pero ahora, lo que te pido es que reces por las intenciones y necesidades de los Hermanos de esta Casa de la Madre y Guía, que cada día nos UNIMOS en Ella. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
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